Cuidados post mortem convencional, autopsia clínica y autopsia judicial. Procedimientos

por Sol Cid (DUE)

Más de la mitad de los españoles que mueren cada año lo hacen en el hospital, según el estudio de Jiménez-Puente, A (.pdf 669 KB). Y la tendencia es seguir aumentando. El equipo de enfermería hospitalaria se encuentra así con un fenómeno habitual, pero a pesar de ello, los procedimientos de actuación de los que dispone presentan deficiencias.

Además, muchos aspectos relacionados con la muerte se tratan de forma tabú hoy en día por la sociedad, y así ocurre igualmente en la institución sanitaria por excelencia, el hospital, más concretamente entre sus profesionales. Todo supone una dificultad para poder abordar el tema, cuanto menos intentar convertirlo en un acto profesional de calidad.

El fallecimiento de un paciente hospitalizado supone el inicio de una cadena de acciones por parte del personal sanitario, que hasta ese momento le había proporcionado sus cuidados en vida. Sin embargo, los cuidados post mortem son sólo el punto de partida de todo un proceso.

Las circunstancias que rodean la muerte condicionan el tipo de preparación del cadáver, así como su destino posterior. En cuanto a esto último, pueden incluso verse comprometidos otros profesionales e instituciones.

Un ejemplo es lo que ocurre en caso de ser necesario realizar una autopsia judicial; el imperativo es disminuir en lo posible cualquier acción, durante los cuidados post mortem, que dificulten los estudios que han de ser realizados y que están relacionados con el esclarecimiento de la causa de la muerte por parte del forense .

Hay muertes que suponen un interrogante científico para los médicos que han tratado al paciente en vida, y que si es posible se intentarán contestar mediante los estudios realizados por el  anatomopatólogo durante una autopsia clínica. Estudios que pueden verse comprometidos por la alteración de las muestras debido a unos cuidados post mortem no adecuados.

En el caso de que la causa de la muerte sea natural y esperada, los cuidados post mortem serán de carácter convencional, pero aún así han de tenerse en cuenta ciertos aspectos; la influencia étnica, cultural y religiosa del fallecido, así como de su ámbito familiar, porque todo ello modificará la forma de realizar estos cuidados. A este respecto recomiendo esta guía de acceso libre (.pdf 5,49 MB).

Incluso los cuidados que realizamos pueden alterar la integridad del cadáver y dificultar así la labor del personal de la empresa funeraria. No olvidemos que el especialista funerario será quien realice el último cuidado, la conservación y la posterior exposición del cadáver, según las recomendaciones legales.

Otro tema a tratar es el fallecimiento de una persona sin lazos familiares ni allegados, como es el caso del indigente, situación en la que el cuerpo no es reclamado, y las dificultades que reporta gestionar su destino final.

Como anteriormente apuntábamos, a pesar de ser habitual que un paciente fallezca en el hospital, constantemente seguimos encontrándonos con graves deficiencias en todos los sentidos: plazos legales incumplidos, autopsias dificultosas, deficiente manipulación, extracción de muestras comprometida, o demoras injustificadas en la entrega del cuerpo. Sin olvidarnos que esto afecta a la calidad final del proceso, a la imagen institucional, y a la nuestra propia.

Otra posible consecuencia indeseada de unos cuidados post mortem inadecuados, la instauración del duelo complicado. El momento de la muerte es vivido por los allegados con estrés, y la actuación de enfermería, por su cercanía y accesibilidad, es decisiva para la instauración del duelo natural, como recomienda esta guía ante situaciones de duelo (.pdf 1.47 MB). En junio de este año, 2015, Galicia legisla sobre la actuación de los profesionales sanitarios con respecto al duelo.

Otros aspectos legales a tener en cuenta son las instrucciones previas, cómo proceder con el cadáver, los tiempos legales y la retirada del cadáver de la institución. Estas cuestiones deberían ser bien conocidas por todos los profesionales partícipes. Así como conocer qué profesional sanitario o no está directa e indirectamente implicado en la preparación del cadáver, así como establecer las tareas propias y conjuntas que estos van a llevar a cabo.

Este procedimiento que presentamos protocoliza los cuidados post mortem en el contexto de una unidad de hospitalización. Resume de forma clara, concisa y operativa las actuaciones a llevar a cabo por el equipo de enfermería. Para su elaboración han participado profesionales de los servicios, instituciones y centros implicados: IMELGA, EMORVISA y EOXI de Vigo, así como también han colaborado diferentes expertos en salud pública, psicología, trabajo social y legislación.

En cuanto a la metodología utilizada, se ha realizado una revisión bibliográfica de guías hospitalarias sobre cuidados post morten tanto nacionales como internacionales, bibliografía científica, entrevistas individuales con los expertos de cada campo, discusión y consenso de los hallazgos, y por último la redacción del procedimiento según actividades con el fin de facilitar su implementación.

Como veremos, los cuidados post mortem no son en ningún caso un mero trámite previo al envío del cadáver al mortuorio. Es necesario tomar conciencia de los pasos a seguir para convertirlo en un acto profesional más, y en una mejora en la calidad del servicio que se espera del personal de enfermería.

Aquí os dejo los enlaces los procedimientos:

Cuidados post mortem (convencionales / autopsia clínica) (.pdf 5.5 MB)

Cuidados post mortem (autopsia judicial) (.pdf 1.8 MB)

 

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