Tres semanas ingresada

Por Cristina Rivas
Paciente de Cardiología

He pasado tres semanas ingresada en la planta segunda del Hospital do Meixoeiro. Planta de cardiología, y para los que hemos nacido con un corazón «diferente», una extensión de nuestros hogares y de nuestras propias vidas.

Para muchos, un hospital es un lugar de paso, un taller de reparación, una parada momentánea en la existencia. Pero…
¿Qué sucede cuando muchos de tus días transcurren entre esas cuatro paredes?.
Sin entrar en otro tipo de aspectos, yo quiero hablaros de esas personas que desarrollan su profesión en el ámbito sanitario. Médicos, enfermeras, auxiliares, dejan de ser simples salarios de la plantilla de un organismo público. Empatizan con los pacientes, y en un momento dado, no sé cómo, ni cuándo, pero sí el porqué, tú empatizas con ellos. Y dejan de ser figuras anónimas para pasar a ser un pedacito importante de tu corazón.

Por ser quizá algo «joven» en relación a la media de edad de las personas con las que he compartido habitación (los problemas cardíacos parecen cosas de la tercera edad), y quizá por mi actitud observadora y curiosa sobre todo lo que me rodea, mis sentidos se detienen en estos seres que han cuidado de mí en estas tres últimas semanas. Y se reafirmo en mi idea de que el personal sanitario se merece las mejores condiciones de trabajo posibles, incluidas las económicas. Quienes regalan sonrisas y esperanza cuando todo se derrumba a tu alrededor, merecen el más profundo respeto, y un premio a su labor, aún tratándose del objeto que les da de comer cada día. El cariño que ponen en el sencillo gesto de entregarte tus medicinas, o en darte los buenos días a una hora en la que tú sólo quieres seguir durmiendo. Cuando dedican todo el cuidado en cambiarte una vía, mientras tú pones cara de estar pasando la peor de las torturas… El médico que te abraza cuando te da el alta, y que realmente está feliz por haberte ayudado… Ese tipo de gestos que aparentemente no son nada, lo son todo.

Mañana me trasladan a Madrid, a otro hospital. Si pudiera, me llevaría a toda la segunda planta de la plantilla conmigo, así de satisfecha me siento con lo bien que me han hecho sentir. Pero sé que también allí encontraré gente encantadora como aquí, y que me traeré gratos recuerdos: también se lleva una cosas positivas de un hospital… regalos para la vida.

Para terminar este post de agradecimiento, os contaré una anécdota. Sucedió cuando me compré mi primer coche, con los ahorros de mi primer año de trabajo. Estaba negociando con el comercial el precio final del acuerdo, y en un momento dado, viendo mi ilusión, el tipo me dijo «es sólo un coche». Yo me quedé mirándole, y muy tranquila respondí: «no… tú me estás vendiendo un coche, yo te estoy comprando un sueño…».

Vosotros, queridos médicos, enfermeras, auxiliares… Todos hacéis que muchos sueños, de muchas personas, sean posibles. Gracias por ayudar a nuestros corazones, para que no dejen de latir.

 

7 comentarios en:
Tres semanas ingresada

  1. Muchas gracias Cristina, por tus palabras y por ser como eres, nuestro merito es muy pequeño comparado con el tuyo. Muchisima suerte .

  2. Ánimo Cristina; con pacientes como tú es muy agradable trabajar.Gracias por tus palabras. Un beso.

  3. Hola Cris, cuanto me alegro de q parte del camino este recorrido.
    Esta es tu casa q esta deseando verte de nuevo con motor renovado de vida e ilusiones, estaremos esperándote y enviando te nuestra energía positiva.
    Gracias por tus palabras por ser como eres y compartirlo. Suerte.

  4. Me uno a la carta de Cristina, pero desde el punto de vista del visitante. En los centros hospitalarios, en general, estamos rodeados de personas que tienen un gran valor, por todo lo que hacen y por no dejar que un mal día les influya negativamente. Merecen respeto, reconocimiento y muchas cartas de este tipo. que si está bien quejarse cuando algo no está bien, está mejor reconocer lo bueno, porque eso da mucha fuerza y ánimo al que lo hace para seguir haciéndolo.

  5. Querida Cristina, me han emocionado muchísimo estas palabras que con tanto cariño nos dedicas hoy. Quiero agradecerte el reconocimiento que nos haces en estos momentos tan difíciles que vive la sanidad.
    El sonreír a personas como tú siempre será un placer, ya que aunque pasáis de forma temporal por nuestras vidas, siempre y de alguna forma dejáis huella…
    Un beso enorme y cuídate mucho.

    • Gracias a tooooodas vosotras. Es mi primera noche en La Paz, en Madrid, y no os imagináis cuantísimo os echo de menos! Fletad una tropa de ambulancias y venid YA! Muaaaaacks!

      • Querida Cristina. Confirmo todo lo que dices del personal tan maravilloso que tienen en la planta de cardiología del Meixoeiro. Todos sin excepción.
        Y yo, encima, tuve el honor de compartir habitación con alguien tan maravilloso como tú. Me animaste un monton a mi y a mi marido y a mis hijas, que además crearon una bonita relación contigo.
        Así que ánimo mi niña, que mañana ya estás en el corazón de todo el personal de La Paz.
        Muchos besos y gracias.